Para una aplicación más industrial de riesgos eléctricos o líquidos flamables, el bióxido de carbono (CO2), es la protección elegida para la supresión de incendios, ya sea en inundación total o aplicación local, por medio de sofocación y enfriamiento.
La cantidad de agente a calcular, dependerá del tamaño del riesgo. Sus mecanismos de extinción se deben a la reducción de la concentración de oxígeno por debajo del 15% y al enfriamiento y absorción del calor de la llama. Este agente se destina a áreas normalmente no ocupadas. Si se utiliza en áreas normalmente ocupadas se deben considerar ciertas precauciones de seguridad.